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Esta escala hace referencia a la capacidad anti detonación que tienen los combustibles al comprimirse la mezcla dentro del cilindro de un motor.
En contra de las creencias populares y leyendas de barra de bar, el octanaje no está directamente relacionado con la potencia. Una gasolina de mayor octanaje no produce más energía al incendiarse, simplemente retrasa el punto en el que se puede prender por el efecto de la compresión. A esta detonación prematura se la denomina autoencendido o PISTONEO.
Normalmente encontramos en el tapón de llenado una calcomanía que nos lo indica, pero para estar seguros al 100% siempre podemos recurrir al manual de usuario de nuestro vehículo.
La capacidad para resistir la compresión que se crea en un motor es vital para el rendimiento de un coche. Cuanto más pueda subir el pistón de un coche sin que la gasolina explote, más se puede aprovechar la energía generada en la cámara de combustión.
Precisamente el punto anterior es la clave. La gasolina de 91 no es mala per se al repostarla en un motor diseñado para quemar gasolina de 95 octanos, pero tiene efectos contrarios.
Utilizar gasolina de 91 octanos implica que estamos echando en los cilindros una gasolina que resiste menos la compresión y, si la compresión es demasiado elevada en el interior del motor, la gasolina puede explotar antes del momento ideal. Esto no es malo sólo porque la detonación se esté adelantando al encendido y reduzca el rendimiento del motor, es malo porque la explosión puede obligar a bajar al pistón cuando todavía está en fase de subida.
En un motor mono cilíndrico el efecto podría ser más llevadero, pero en un propulsor de tres, cuatro, ocho o los cilindros que sean, esta descomposición de fuerzas en un momento tan inoportuno puede ser fatal para la durabilidad del motor y la vida de todas sus piezas internas.
El sonido que se produce en el interior del motor cuando se presenta el auto-encendido o pistoneo es lo que se conoce comúnmente como picado de bielas. Aunque este sonido campaneante también se puede producir por otros motivos como mezclas pobres, un compresión demasiado elevada, la acumulación de residuos en la cámara de combustión o una presión de la sobre alimentación excesiva entre otros factores.
Ya he repostado gasolina 91 en mi coche de gasolina 95 y no he notado nada. El picado de bielas puede arruinar un motor, pero por suerte algunos coches equipan sensores de octanaje que reducen notablemente los efectos negativos puesto que ajustan el encendido para adaptarse a la gasolina.
Sí pueden notarse otras diferencias como que con la gasolina 95 apropiada el carro funcione de una manera más suave, con una subida de revoluciones más limpia y algo menos de ruido en el motor.
Entonces, ¿por qué se utiliza gasolina de mayor octanaje en los coches más potentes?
La gasolina con un valor de octanaje más elevado está pensada para ofrecer el mejor rendimiento en coches potentes, precisamente porque es capaz de resistir lo apretados que van estos motores.
La capacidad para incrementar la compresión en las cámaras de combustión, así como el régimen de giro más alto, repercuten en la eficacia máxima de los motores pero para conseguirlo hay un requisito indispensable y es que la gasolina pueda soportarlo.
Si lo hacemos a la inversa, echando gasolina con un octanaje de 95 en lugar del de 91 para el que está pensado, generalmente estaremos haciendo los mismos kilómetros por más dinero.
Simplemente gastaremos más porque el combustible que estaremos utilizando tendrá el mismo desempeño al quemarse en un motor de menor compresión. No estaremos aprovechando las buenas cualidades de la gasolina de 95 octanos
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